Los prototipos de belleza establecidos, han llegado demasiado lejos, forzando a nuestro género -desde siempre- a hacer las cosas más increíbles para poder ser aceptadas como mujeres bellas o atractivas ¿Se acuerdan del dicho: "Para ser bellas, hay que ver estrellas"? Lo que no se refiere, precisamente, a sentarnos como princesas a mirar las constelaciones, todo lo contrario; mientras más sufras, mejor resultado vas a obtener. Y eso, es precisamente lo que una revista chilena se propuso cambiar, de una forma revolucionaria.
Cuando la Editora de Revistas de El Mercurio, Paula Escobar Chavarría, se dio cuenta de lo difícil que era potenciar en los artículos de la Revista "Ya" a mujeres modernas, mientras se encontraba con kilos de publicidad protagonizada por modelos jóvenes, delgadas y photoshopeadas, sintió una necesidad imperativa por superar esta contradicción.
"Por un lado, queríamos hacer temas relevantes, que mostraran y reflejaran a una mujer moderna, con los pies en el siglo 21", explica Paula, "pero cuando llegábamos a las páginas de moda y belleza, las propuestas contradecían nuestros principios: a menudo eran producidas con modelos quinceañeras, muy delgadas, y que, peor aún, eran adelgazadas y rejuvenecidas mediante técnicas de Photoshop que algunos fotógrafos externos utilizaban".
Esto claramente, significó enfrentarse a cientos de paradigmas que - aunque de diferentes formas se intentan combatir a diario- aún juegan un rol clave en la industria de la moda y la publicidad. El tener que ser o vernos de tal o cual forma, para poder alcanzar la belleza, es la imposición más absurda que podría enfrentar la mujer actual y moderna; esa que tiene ansias de libertad, de liderazgo, de independencia.
Entonces ¿Qué hicieron en la revista "Ya" para enfrentarse a este dilema? Fácil: decidieron eliminar el Photoshop en sus publicaciones, para siempre. Luego de investigar cómo combatían -en otros países- los cánones de belleza irreales que se han impuesto, crearon una "Campaña de Buenas Prácticas", la que además de dejar fuera a este programilla de retoques, incluye contratar a modelos mayores de 18 años y que tengan un Índice de Masa Corporal (IMC) sobre 18.5 (lo mismo establecido como un peso normal, de acuerdo a los estándares internacionales) certificado por un médico.
A esto, se le suma un seminario anual y foros con mujeres líderes de los medios en Chile, a modo de "reflexión sobre la imagen de la mujer en los medios", según explica Paula. Ella asegura que "la principal dificultad es, por cierto, cultural: hay que repensar los artículos desde otra lógica y especialmente, romper esa idea de que lo bonito es lo delgado y joven".
Sabemos que es una tarea difícil ¿verdad? Si hasta a nosotras mismas -como féminas que somos- nos cuesta aceptar que la celulitis, las canas, los rollitos y las estrías, son la realidad de casi todas las mujeres en el mundo y nos acompañarán por siempre.
Paula también lo tiene bastante claro: "Es un comienzo, lo sabemos, pero uno que nos llena de esperanza, de que sea posible ayudar a que nuestras niñas dejen de soñar con ser barbies cuando crezcan y se acepten como ellas son".
Nosotras -que somos mujeres comunes y corrientes- esperamos que esta iniciativa tenga cada día más adeptos. Que cada vez haya más personas que quieran ver la realidad tal cual es, realmente lo necesitamos, para poder ser -de una vez por todas- verdaderamente libres de condiciones e imposiciones inalcanzables.
Fuente: BBC
Foto CC vía Wikimedia