No podía escribir esta nota si no fuese desde mi lindo Maximus II, (Macbook Pro y segundo por un pequeño incidente con un vaso de Coca-Cola), para contar sobre uno de los más grandes de la historia. Alguien que creyó que la suma de cosas imposibles podía llevarse a cabo sin importar las limitaciones.
Les hablo de Steve Jobs, el gurú de la tecnología de vanguardia. ¿Quién diría que la manzanita era tan estética? Los lindos colores metálicos, la forma en que se presentan las aplicaciones en el iPhone, las gráficas, todo…Pero esto más para los que leyeron la bio de este genio: no hizo nada más que creer en un ideal.
Foto CC Wikipedia
Es en este punto que nos preguntamos: ¿Por qué debemos amar a un hombre que no hizo nada y se llenó los bolsillos con plata de otras personas?
Verán, no es tan déspota como suena, ya que Jobs era el rey de la visualización; él creía que sus sueños podían ser posibles, por lo que sus ideas eran entregadas a sus “súbditos” como desafíos, que despertaban a los más “capos” ingenieros de toda la industria tecnológica.
Es así como la manzana de Jobs, se une al club de las manzanas inspiradoras-como la de Newton, Blancanieves, Guillermo Tell, entre otros- y nos revela una verdad: nos gustan las cosas bonitas, de diseños vistosos y sabemos que honestamente, la tecnología es una nueva forma de vivir la vida.
No quiero insultar a Krishnas, ni budistas, pero es la psicología de vida de Jobs la que la lleva en estos tiempos. Nos informamos, hablamos y compramos a través de nuestro iPhone, gracias a un hombre visionario como él fue.
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Después de la película de Ashton en torno a este personaje, mi fascinación se vio aumentada. Chiquillas, creo que es posible que los incomprendidos se tomen el mundo así que, en que topamos. ¡A buscarnos un nerd amante de las buenas ideas y adicto al LOL (League of Ledgens)!, porque pucha que es irresistible un hombre inteligente, emprendedor e innovador…
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