La mujer está expuesta a miradas y juicios durante toda su vida. Inspirada por esa exposición femenina, Celia Bullwinkel resumió la vida de una chica en un cortometraje de cuatro minutos, sin diálogos y con jazz como música de fondo.
Esta animación, protagonizada por una niña que comienza a percibir tanto sus cambios físicos como emocionales hasta llegar a su etapa más adulta, resultó ganadora en más de cinco festivales de cine como la mejor en su categoría.
Cabe destacar que el contenido está rebosante de empatía con el género y - además de criticar a una sociedad machista -, pretende dejar un mensaje de felicidad y amor.
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