Sin duda, un buen aroma es para mí la entrada a todos mis demás sentidos. Una fragancia dulce, fresca o tal vez amaderada seduce mi interior: cuando siento su aroma en mi ropa la sensación permanece por horas.
Así como existen olores matapasiones, también están los que las encienden, esos que evocan recuerdos y las que hacen que un momento sea inolvidable. Amo el olor de mi marido, no sólo su perfume, sino cómo se siente ese aroma en él. Me encanta oler su almohada aunque se haya ido a trabajar. Cuando lo extraño mucho, pongo un poco de su perfume en mi pañuelo y me anima en el trayecto en la micro, en el desayuno y cuando paso rabias en el trabajo. Le siento cerca, junto a mí, como si fuera su propio pecho el que me acurruca en momentos tensos.
Su aroma en mi ropa es increíble. Sin duda, un rico perfume enamora, y mantiene fresco el amor en nosotras. ¿Que tal si pruebas y pones un poco de tu perfume un su ropa? ¿Pensará en ti todo el día?
Cuéntame si resultó.
Imagen CC Twistiti