El tiempo es, sin duda, el más escaso de los bienes. A todos nos hace falta, ya que es usual que quienes trabajamos, estudiamos o ambos andemos a patadas con él. Y en esos pocos momentos en que podemos disfrutarlo, enfrentamos una compleja encrucijada: con quién. Así es, porque ¡hay muchas personas con las que quisiéramos compartirlo! ¿Cómo dividirlo entre todas ellas?
En primer lugar, requerimos tiempo para la pareja y el fortalecimiento de la relación. ¡Nos fascina pasar tiempo con él y siempre estará entre nuestras máximas prioridades! Pero las amigas, esas partners con las que contamos aún en los momentos más oscuros, también requieren un poco de atención. ¡Y nos exigirán coordinar un día para pasar una tarde de chicas!
Los padres, hermanos y primos del círculo de hierro obviamente forman parte crucial de nuestra agenda; eso, sumado a que quienes tenemos hijos debemos dejar unos minutos para el colegio, los trabajos de arte, el estudio y un sinfín de etcéteras. Si a lo anterior agregas esos invaluables momentos para ti misma, el saldo es negativo y quedaremos al debe.
Si quieres evitar caer en la locura entre tantos pendientes emocionales, ten presente que más valiosa que la cantidad de horas que destines a tus afectos, es la calidad que éstas tengan. Si pasearás con tus amigas el día completo, revisando el celular de manera constante, con cara de “apúrate en lo que tengas que contarme” y sin dejar de mirar el reloj, seguramente sentirán que estás “en otra”. Lo anterior hará que los momentos juntas parezcan vacíos. Por el contrario, si les dedicas una media hora “exclusiva”, enfocándote en actualizar vivencias o expresar afecto, todas quedarán contentas y con ganas de más. Claro está que esto aplica para cada uno de tus cercanos.
Para dedicar un tiempo íntegro y de excelencia a tus seres queridos, también es fundamental que sepas lidiar con la culpa. Si un día diste prioridad a la tarea de tu hijo por sobre los dilemas amorosos de tu hermano, no te distraigas martirizándote con “lo mala” que eres al no consolarlo, ya que esto restará calidad a los quehaceres junto a tu retoño. En buenas cuentas, estarás a medias con el niño y postergar a tu hermano habrá servido ¡nada!. Ambos son importantes y merecen que cuando les des tu tiempo, lo hagas en cuerpo, mente y alma.
Debes considerar como acápite esencial el destinar algunos minutos u horas para ti misma. Recuerda que en la medida de que te ocupes de tus asuntos, estarás en mejores condiciones para atender a los demás y compartirles ¡lo mejor de ti!. Mímate, escúchate y regálate la oportunidad de disfrutar las actividades que adoras. ¡Sin culpas!
Sabemos que quisieras agregar minutos e incluso ¡horas! al reloj, pero querida: la vida tiene un ritmo exigente y debemos aceptarlo, procurando que sea más llevadero. Para ello, asegúrate de saborear cada minuto y hacer de cada instante junto a los tuyos un momento mágico e ¡inolvidable!. Dicha tarea ¡sí depende de ti! Y aún más, es clave para que seas feliz.
¿Te animas?
Imagen CC Umbrella Shot