Pronto tendremos en nuestro país a los ¡capos! de Imagine Dragons, verdaderos virtuosos de la música que - con sus letras y acordes - han seducido a muchas de nosotras. Uno de sus temas, It’s time, es un verdadero himno de inspiración en momentos de crisis: nos invita a ser felices, llenándonos de energía.
Y es justamente eso lo que dicha canción inspiró en el joven Tyler Robinson, un adolescente lleno de contagioso optimismo y unas ganas de vivir insuperables. Sus cortos 17 años no habían sido nada fáciles: a los 11 sufrió una infección por estafilococo en una de sus piernas, la cual se expandió por todo su cuerpo y órganos. El entonces pequeño Tyler debió someterse a siete operaciones y un largo periodo de hospitalización, durante el cual jamás perdió la sonrisa ni la convicción de que saldría adelante.
5 años más tarde, ya habiendo superado esta dura prueba, percibió un nudo en su ingle. Le restó importancia, pensando que sólo había sacado músculos. No obstante, al notar que la protuberancia se hacía cada vez más grande, le mostró a su madre, quien lo llevó de inmediato al doctor. El facultativo encargó una biopsia, la cual arrojó un resultado que nadie quería escuchar: Tyler padecía un raro cáncer llamado rabdiomiosarcoma, siendo el ‘bulto’ un tumor del tamaño de una pelota de raquetbol, el cual se extendió a los nódulos linfáticos y al resto del cuerpo. Tras realizar una punción lumbar, descubrieron que el cáncer invadió un 95 % de su médula ósea, lo cual era de mal pronóstico.
El chico requería someterse a 20 sesiones de quimioterapia, las cuales le tomarían todo un año. Además, lo intervendrían quirúrgicamente y tendría 6 semanas de radiación. El oscuro panorama obligaba a Tyler a abandonar el colegio y a sus amigos, lo cual le causó un profundo dolor, rabia y desazón. Sin embargo, no bajó los brazos y - tras conversar con su guía espiritual - continuó luchando por su vida tal como antaño lo hiciera. Oía continuamente su tema favorito, “It’s time”, desde el cual obtenía la inspiración para librar la batalla. Especialmente, en la estrofa que reza “el camino al cielo se construye a través de kilómetros de infierno nublado”. Cuando la banda supo de esto, le dedicaron el tema en un show, lo cual fue el comienzo de una eterna amistad.
Una vez cumplidos los 17 años, Tyler estaba extremadamente contento. Su alegría, optimismo y fuerza habían dado excelentes resultados, ya que los exámenes arrojaron que el cáncer no estaba en su cuerpo. La buena noticia duró poco, ya que seis meses más tarde, la enfermedad se reactivó y esta vez Tyler no se repondría de ella. No obstante, jamás lo abandonó la sensación de haber ganado la batalla, al no dejar que este padecimiento definiera su vida y le quitara la sonrisa.
Su férrea lucha, la fortaleza que mostró a sus cortos años y su eterna alegría inspiraron al cuarteto norteamericano a componer la canción “Demons”, al final de cuyo clip podemos ver a Tyler en el emotivo momento en que cantó junto a Dan Reynolds su himno personal, “It’s time”. En el material audiovisual, la banda hace un llamado a colaborar con la fundación que lleva el nombre de este joven, la cual apoya a otros que - como él - no se rinden en la batalla.
Y tú, ¿conocías la historia tras este temazo?
Imagen Facebook Tyler Robinson Foundation