El amor en los tiempos de Facebook es muy distinto del que se vivía a fines de los 90 y comienzos del 2000. Ahora sabemos con quién habla, se junta, comenta cosas y tiene temas en común cada persona que integra nuestra vida. Esto mismo ha terminado afectando todas las relaciones, tanto amistosas como familiares y amorosas.
Tengo dos amigas que terminaron largas relaciones por causa de la famosa red social. Una de ellas supo que su pololo le era infiel. Él se fue a un viaje laboral en un fin de semana y ella le creyó. El mismo sábado en la tarde, apareció etiquetado en distintas fotos. Efectivamente, se trataba de un viaje con gente del trabajo, pero eran tres parejas de amigos que decidieron ir a la playa. Él no alcanzó a volver cuando ya lo habían borrado de Facebook, dejando en conserjería una caja con sus pertenencias. Para ella no tenían sentido las explicaciones, porque una imagen vale más que mil palabras.
Otra amiga fue pillada en su infidelidad. Ella, a diferencia del otro chico, sí tenía privacidad en sus fotos y nadie la podía etiquetar a menos que ella lo aprobara. Nunca pensó que su patas negras le dedicaría una canción en el muro. Aunque borró el mensaje y bloqueó al susodicho para que no le pudiera escribir más, ya era tarde. Un pantallazo llegó al celular de su pololo y no le quedó otra que admitir su mala jugada. Terminó perdiendo pan y pedazo.
Creo que Facebook es una red social maravillosa que, además de permitirte mantener contacto con todos tus amigos, facilita conocer la vida del chico que te interesa y hasta apoyar distintas causas. Pero no es apta para gente muy insegura o celosa. Muchas personas sufren al ver cómo etiquetan a sus parejas en distintas cosas. Claramente hay que tener ojo y darse cuenta de que no es lo mismo ser etiquetado en un almuerzo de trabajo que en una cena de dos personas. Por lo mismo, la confianza es la base de todo.
A ustedes, ¿les ha pasado algo similar? ¿Conocen a quienes hayan terminado por causa de Facebook?
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