Ganar y perder es parte de la vida. Por más que uno le ponga ene empeño a algo, a veces no se obtienen los resultados que una espera. No obstante, hay que saber pararse con la frente en alto y pensar que algo bueno vendrá.
En la universidad tenía una compañera que, cuando nos pasaba algo inesperado, siempre decía frases como “si antes hubiéramos hecho…”, “no vamos a poder sacar adelante la tarea” o “ya filo, no entreguemos el trabajo”.
Tras escuchar por meses esas frases de persona derrotista, decidí alejarme de ella. Se echaba a morir a la primera y tratar de motivarla para seguir adelante era agotador: pedía mil explicaciones y convencerla era un cacho que me cansaba.
Todas hemos tenido momentos de bajón cuando las cosas no resultan, pero hay que creer en una misma, porque si tú no te tienes fe, ¿quién?. Nadie.
La vida tiene altibajos y hay que saber convivir con ellos, aprendiendo que cada piedra con que tropezamos tiene una razón de ser: que extraigamos la mejor enseñanza de ese pequeño traspié.
Y ustedes, ¿se echan a morir a la primera dificultad?
Imagen CC Gonzalo G. Useta