Ya antes les conté de mi obsesión por tener todos mis relojes perfectamente sincronizados. ¡Es algo que realmente me consume mucho tiempo, esfuerzo y dedicación! Por lo mismo, cuando producto del apuro con el que salgo de casa, olvido ponerme alguno de ellos en la muñeca, ¡me siento perdida!, Es terrible para mí.
Sí, porque estoy tan acostumbrada a llevarlo, que por inercia hago amago de chequear la hora y sólo veo “un cuarto para las venas”. Es entonces cuando me siento a ciegas, completamente oscura y a tientas. No sé qué hora es, si voy bien, cuánto demoraré ¡ahh, es fatal!
Ustedes me dirán, “bueno, no importa. Tienes tu celular”... ¡Bah!. Este artilugio no es igual que mis relojes. Se descarga la batería y me traiciona; además, ¡su reloj igual se atrasa! y es súper incómodo de chequear, por ejemplo, cuando ando en bici. Definitivamente, olvidar mi reloj es como dejar mis ojos y ubicuidad en casa. Además, la gente no siempre tiene la mejor voluntad como para “darte la hora”. Sad, but true.
Y ustedes, ¿también consideran mega incómodo andar sin reloj?