Estar soltera después de los 30 no es fácil. Existe y existirá siempre una presión social por emparejarte; por hacerte notar que te queda poco tiempo para encontrar una media naranja, casarte, tener hijos y concretar un “vivieron felices para siempre”.
Pero, ¿qué pasa cuando eres feliz y decides no presionar a Cupido, disfrutando tu soltería?. Ante todos, estás perdiendo el tiempo y tu futuro sólo pronostica una vida de tristeza, por no haber formado una numerosa familia al igual que tus amigas.
Común y normal sería sentirse desesperada; ponerse en campaña para encontrar al indicado. Pero a veces algunas decidimos hacer lo contrario y no salir a buscar nada, ¡mucho menos esperar!.
Creo que disfrutar la soltería, conocerse una misma y aprender a ser feliz con la propia compañía también es una buena etapa de la vida. Cada cosa pasa y está en el lugar que debe estar. Si ahora caminamos solas, es porque no es el momento de avanzar acompañada ¡y no por eso la vida es menos bella!.
Lo más difícil de decir “soy soltera y tengo cuarenta” es saber que tendrás una y mil respuestas que dar, porque la gente insiste en establecer estereotipos de vida y juzgar en vez de respetar tu momento.
Sí, a veces me sentí incómoda al asistir a cumpleaños de los hijos de mis amigas y ser la única sin niños. También evité más de una vez las juntas de parejas de amigos, porque no tenía con quien ir. Y quizás frecuenté cafés, exposiciones y acepté citas a ciegas orquestadas por mi amigas para encontrar un nuevo amor. Hasta que un día decidí cambiar el switch y sonreírle a la vida igual. Me animé a decir "sí" a todas las invitaciones, atreviéndome a asistir sola más de una vez. Cuando a ti te ocurra eso, todo será más fácil, ya que no te importará la opinión del resto. Si vienen los hijos en algún momento, bien y si no, bien también, porque no fue tu deber en la vida ser madre. Existen muchas formas más de transitar el camino, aparte del trillado sendero de la familia.
En lo personal, viví con esta actitud como 3 o 4 años; disfruté mi tiempo libre y mis logros al máximo. En más de una ocasión fui la envidia de mis amigas. Y cuando no esperaba nada, el amor golpeó mi puerta y decidí aceptarlo. Ahora, ¿quién sabe si la maternidad vendrá pronto o no?
En conclusión, no tengas miedo si el reloj y el carnet avanzan. La vida siempre te brinda lo mejor de sí para que disfrutes, ¡ya sea sola o acompañada!. Anímate a ir por más.