"Ella era un libro abierto que, desafortunadamente, siempre encontraba en su camino amantes analfabetos", alguna vez leí esa frase en Internet y me hizo mucha gracia al trasladarla a la realidad. Es triste admitir que cuando finalmente logras abrir tu corazón a alguien que te inspiró sinceridad y confianza, éste no escucha lo que dices.
Aunque no lo creas, somos muchas a quienes nos ha ocurrido lo anterior y no cabe duda que es muy frustrante. ¿Qué hacer si él no presta atención a tus sentimientos? Lo primero, es analizar el modo en qué se los expresaste. Si en medio de una discusión y gritos le dijiste todo lo que pensabas, probablemente no fue el mejor método para hacerlo. Más que sincerarnos, este tipo de situaciones nos hace descargarnos, muchas veces de manera ofensiva.
Ahora, si ya realizaste una autocrítica de ti misma, trasladaste tu realidad a la comprensión de tu pareja y él no te escucha, existen tres posibilidades: 1. te oyó y necesita tiempo para analizar la situación (la más optimista), 2. atendió a lo que dijiste, pero su inmadurez o inexperiencia le impidieron valorar tus palabras (la más común), 3. no le importa mucho, no te escuchó y no está interesado en ti.
Si tu hombre está enamorado, probablemente fluctúe entre las dos primeras opciones. En ese caso, es bueno que le preguntes qué piensa al respecto. Una buena forma de hacerlo es empezando a preguntarle lo que siente. Si ves algún rechazo a la pregunta, no lo hostigues ni obligues a responder; tú lo conoces mejor que nadie y debes encontrar una manera en la que pueda participar de la interrogante.
En los casos de que no le importas o, derechamente, no te escucha, es triste admitir que quizás ya no te ame. En ese caso no hay mucho que hacer, además de dar un paso al costado. El objeto de sincerarse con alguien es encontrar respuestas y plenitud en la pareja. Si no hay comunicación, difícilmente podrán convivir en la armonía de que precisas.