Desde que la mujer se abrió espacio en el mercado laboral, es común que las veamos empoderadas, con éxito en lo que hacen y con una remuneración que puede exceder con largueza el salario de un hombre. Son las proveedoras principales o jefas de hogar, independientes y empoderadas.
¿Qué pasa con los hombres que deben convivir con ellas? Sus maridos, parejas, ¿se sienten menoscabados? Aunque no debería, creo que es así y sobretodo en los hombres mayores de 35, que fueron criados con el modelo clásico del hombre proveedor. Que su pareja gane más que uno es intimidante y una posible fuente de conflicto al interior de la relación. Existen muchas caricaturas al respecto, tal como reza la canción que popularizara el grupo "Sexual Democracia" en los años '90: "No me da para comprar cigarros sueltos, no me presta el autito.. y cuando, de repente, me enojo y me pongo bien macho, ella me toma y me dice: "Ya se enojó mi chanchito"...
Que una mujer gane bien siempre es bienvenido; no obstante, es difícil acostumbrarse al cambio. Una mujer con alto poder adquisitivo es potencialmente peligrosa. Les encanta gastar, ir a los mall e incluso cambian las prioridades. Quieren tomar todas las decisiones solas y ven al hombre más como un hijo que como una pareja. Ojo, no es envidia y ni jamás se me ocurriría desearle mal a toda mujer exitosa, pero no se deben marear. Independiente de quien gané más, si se vive en pareja, todas las cosas son de a dos. Decisiones, gastos, responsabilidades, deberes y derechos, por algo se es pareja y no pololos. Cuando se vive separado, hay decisiones que uno puede tomar solo, pero en pareja, cualquier decisión que afecte al otro debe ser tomada en conjunto.
Como en todo ámbito, no hay nada que una buena conversación no pueda mejorar. No creo en las relaciones dictatoriales, en ningún ámbito, sino en el trabajo en equipo. Finalmente eso es una pareja: dos personas que se reúnen porque quieren compartir un camino, una vida y tienen objetivos comunes. Tanto el hombre como la mujer tienen derechos, deberes, son merecedores de consideración, respeto, cariño y amor. Que el éxito no las nuble. Recuerden que así como detrás de un gran hombre hay una gran mujer, el tema es perfectamente aplicable a la inversa. Siempre habremos hombres dispuestos a apoyarlas y celebrar sus éxitos.