Los defectos o virtudes de un hombre siempre dependerán de tus gustos y preferencias. Los hay desordenados y estructurados, mamones e independientes, altos y bajos, habladores o silenciosos. ¿Cuáles prefieres tú? Cuando estás conociendo a alguien pueden suceder dos cosas. Primero, puedes estar embobada y no lograr ver sus defectos o estar demasiado insegura de por qué ese hombre te está hablando, cuestionándote todo lo que dice, hace o piensa.
Hablar demasiado no tiene que ser necesariamente un defecto masculino. Un hombre que dice las cosas es mucho mejor que uno que se queda callado y no sabes lo que está pensando. Así como ellos no pueden entender las cosas que pasan por nuestra cabeza, nosotras tampoco somos grandes genios en entender su pensamiento. Si estás enganchada de un chico que habla hasta por los codos, tendrá sus pro y sus contra.
Contra
Dejará poco espacio para que hables tú. Claramente si habla todo el rato, no tendrás tiempo ni lugar para comentar cómo estuvo tu día o qué es lo que te gusta hacer en tu tiempo libre.
Pro
Cuando quieras comentar algo, no estarás frente a una persona que sólo te escucha y hace gestos con la cabeza. Tendrás enfrente a una persona que te responderá y estará poniendo atención a lo que dices.
¿En conclusión?
Hay que encontrar el equilibrio. Un hombre elocuente, pero que hable de temas que ambos quieran conversar. Si él habla todo el rato de sus cosas, te recomiendo que te despidas para siempre. Pero si tienen temas en común, ¡pues bienvenido sea!. Nada más fome que un hombre que sea peor compañía que una muralla.
Y tú, ¿los prefieres callados o conversadores?