No hay nada mejor que un hombre sincero y directo. Si busca una relación de compromiso, lo dice. Si quiere algo de una noche, también lo dice, incluso a riesgo de ser rechazado. Pero prefiere mil veces la honestidad antes que ser un patán.
Y es que no hay lata más grande que intenten engrupirte. Quieren pasarte gato por liebre, sólo por una noche de pasión. ¡Cómo si a nosotras no nos gustara el sexo de una noche! Aunque claro, no con un chanta como ellos. Ni a la esquina contigo.
Porque uno de los personajes más abominables del género masculino, para nosotras, es el poeta cuentero: aquel espécimen que tiene buen marketing, bastante blablá y que no duda en usar la poesía para cautivar los corazones de pobres inocentes. Este señor te encandilará con sus fascinantes cualidades y te hará sentir como una verdadera princesa, pero apenas comiences a imaginarte un futuro juntos y le entregues tu flor, ¡ka-boom!. Desaparece como por arte de magia.
En realidad, sólo quería algo de sexo. Quizás duren más de una noche, vaya uno a saber. Pero tarde o temprano te darás cuenta que era un espejismo en el desierto, y que te metiste con un clásico cachafaz.
Como dicen las frases mamonas de las redes sociales: “si no sientes nada, no ilusiones”. Debería ser un pecado capital seducir el corazón cuando, en verdad, sólo quieres pasarlo bien un rato.
¿Cómo identificas a este personaje? Primero, sabe venderse muy bien. Seguramente tiene buena pinta (lo que le ayuda bastante) y un trabajo que lo mantiene holgado. Si es verdad, no lo sé. Pero es común que estos poetas wanna be intenten hacerte creer que son un muy buen partido. Además, ¡pueden hablar durante horas! Qué tortura más grande. Han viajado por todo el mundo y han conocido a toda la farándula chilena.
Pero aquí viene la clave para identificarlos: “hace mucho tiempo que no me sentía así por una mujer”, “eres especial” y “ni una rosa se compara con la ternura de tu mirada”. ¡Ojo al charqui, querida amiga! Si paras bien las antenas y logras identificar a este abominable personaje, entonces estoy segura que pasarás un buen rato riéndote de sus intentos por conquistarte. Síguele la corriente y luego déjalo ir, que tú mereces lo mejor.
Y tú, ¿te has topado con el poeta cuentero?