Definitivamente están de moda. Si aún no pintas una mandala, estás out en cuanto a tendencias de relajación. ¡Pero aún es tiempo!. Hoy la variedad ha aumentado, trayendo producidos libros llenos de imágenes de jardines, animales marinos y hasta nuestro amado Harry Potter. Y aunque la tarea de pintar figuritas parece simple, mientras más avanzas y los diseños se hacen complejos, también querrás hacerlos cada vez mejor. Para ello, aquí te van algunos tips que te harán ver como toda una artista:
El papel: tanto en dibujos como en mandalas encontrarás variedad de formatos. Puede que desees sólo hacer una o tener todo un libro de ellas, por lo que algo a considerar es el tipo de papel. Si vas a imprimirla, procura que sea sobre una hoja gruesa y lisa. Si buscas un libro, ten presente que no sean cuché o papel fotográfico brillante, porque la tinta tendrá menos agarre.
Tipo de lápiz: para elegir los lápices adecuados, lo primero es ver la calidad del papel y el tipo de diseño a pintar. Si tus hojas son delgadas, la mejor opción serán los de madera, pues no romperán la hoja y aceptan borrones de principiante. Si tienes un libro de hoja gruesa, los plumones vendrán bien, pues el material aguantará la humedad y no quedarán manchones. Ahora, si las imágenes son muy finas, lo mejor es usar “tiralíneas”. Si los has oído, seguro pensarás que son muy caros, pero existen opciones chinas a muy buen precio.
Variedad de colores: ¿quieres que tenga más colores que el arcoíris, pero sólo tienes 12 lápices baratos? Ese no es problema: si lo que quieres es no gastar mucho y tener más tonos, ve a una librería y compra de distintas marcas. Conozco al menos tres muy conocidas, con variantes de tonos. No gastarás más de $3500.
Hoja de prueba: ya sea con plumones o lápices, para que exista una buena variedad de tonos y le des el toque de realismo, es primordial la mezcla de colores. Es ahí donde recordamos la rosa cromática y nos ponemos a hacer pruebas. Siempre trabaja con una pequeña hoja, mezcla tonos, difumina con tu dedo y obtendrás la apariencia deseada.
Formas y variantes: elegir la figura a pintar es importante, pero aún más lo es tu creatividad. No siempre necesitas seguir las figuras o pintar con el mismo color; puedes hacer pequeñas imágenes en los espacios, tirar líneas creando más formas, hacer círculos o pintar con puntitos para cubrir espacios.
Luz y sombra: ¿recuerdas que los mandalas son para relajarse?. Esto podría ser parte importante, ya que la presión con la que pintes será la primera responsable de las luces y sombras que logres. Pinta siempre la figura suavemente y solo pon intensidad en aquello que quieras resaltar. Las pruebas en la hojita te ayudarán a elegir un nuevo tono para dar mayor luminosidad—amarillo, naranja, blanco, rosa— y con ayuda de algunos colores oscuros repasarás las sombras —verdes, cafés, negros, plomos—.
Aprende a tomar el lápiz: esto no es nuevo, pero apuesto a que hace mucho no escribes una carta a mano. El uso correcto del lápiz, su posición, serán vitales para controlar la presión. Así no te harás callos en los dedos ni terminarás con las manos rígidas.
Las puntas: es importante que vigiles las puntas de tus lápices. No tengas miedo a que se agoten por el uso, recuerda que esto es para pasarlo bien. Una punta fina permitirá el delineado de las orillas y las zonas marcadas, mientras que una ya plana cubrirá mayor espacio, pero con menos fuerza.
Superficie: ya sea para la hoja o para tu columna, pintar sobre una superficie cómoda y lisa ayuda a que el efecto relajo realmente llegue a tu cuerpo. Si tus brazos se cansaron por la mala posición o tus piernas están entumecidas no será muy entretenido. Esas cosas se notan en la forma de pintar. Así como tu hoja queda con marcas, tu relajación también.
Pintar se ha vuelto tan entretenido y evolutivo que espero seguir haciéndolo aunque pase de moda. Revisando las fechas en que los termino he visto gran avance, sobre todo en los colores. Y si son el reflejo de lo que expreso, vamos cada día mejor.
Y tú, ¿te animas a intentar?