Podría parecer según el título, que me volví a enamorar de la misma persona en un contexto de reencuentro luego de habernos separado. Sin embargo, me enamoré 2 veces a pesar de que siempre hemos estado juntos.
La primera vez que vi al amor de mi vida, algo en mi interior me dijo que él era el indicado. Claramente me gustó todo de él a primera vista y en un par de días me enamoré en su integridad. Los años me permitieron ser parte de su vida, acompañarlo en sus días buenos y malos, crecer junto a él y crear planes para un futuro juntos. Jamás creí que volvería a sentir la conmoción interior que me provocó nuestro primer encuentro. Eramos muy jóvenes, y a pesar de que era un completo extraño, no sentí ninguna duda de querer formar parte de su vida. Luego de ese día, nunca nos volvimos a encontrar por coincidencia, porque nuestros hogares y actividades no coincidían en ubicación ni tiempo.
Un día como cualquiera, me subí al metro para volver a mi casa después de la universidad. Iba con una amiga y por casualidad miré hacia el otro extremo del vagón. Allá estaba él, viviendo su vida como si yo no estuviera ahí. Lo vi como la vez en que nos conocimos, estaba parado sin esperarme, ni saber de mí. El hombre con que había compartido mi vida, mis secretos, estaba ahí sin preocuparse de cómo se veía, ni de quién estaba a su alrededor, ni esperando una llamada para encontrarnos. Me tome varios segundos para admirar a un hombre que conocía en todas sus facetas, pero que jamás había podido ver con tanta claridad; de repente mi corazón comenzó a desbordarse, porque sentí un miedo enorme de no poder tocarlo y perderlo para siempre si se bajaba del metro. Mire a mi amiga y le dije: ¡mi esposo! y fui corriendo hasta él, tomé su mano, lo abracé con cuanta fuerza tenía en mis brazos y le dije: ¡eres tú! mil veces, hasta que me di cuenta que me volví a enamorar.