Finalmente salió Sebastián Piñera, tenemos nuevo Presidente electo, una nueva coalición en el gobierno y una nueva Primera Dama.
Se nota que Cecilia Morel tiene una personalidad distinta a la de otras primeras damas que han pasado por el gobierno. Me imagino que también tiene que ver con la evolución del país. La encuentro guapa y espontánea. Es harto menos empaquetada que Martita Larraechea o Luisa Durán y tiene unos muy bien mantenidos 56 años.
En 2009 cumplió 36 años de matrimonio. Votó por el No. Pinta en sus ratos libres. Entró a estudiar enfermería, pero no terminó. Se casó con un vestido de novia prestado que le quedaba grande y al que tuvo que ponerle rellenos. Su fiesta fue un cóctel de pie, con “sanguchitos”. Se define como rebelde y discutidora y dice que le carga ser “la señora de...”, por lo que tratará de hacer lo que más pueda para brillar con luz propia, teniendo un rol lo más activo posible.
Lleva más de 25 años trabajando como orientadora familiar y creó la Fundación Mujer Emprende, en Renca, trayectoria que juega a su favor. Un dato no menor es que sólo ella y Karen Doggenweiler entregaron el detalle de lo que implicarían sus planes sociales. El suyo está enfocado a niños y jóvenes en riesgo social, mujeres, tercera edad y discapacitados. Propuso además un sistema que transparente la gestión de las Fundaciones que funcionan con recursos que les entrega el Estado.
Creo que Bachelet dejó la vara alta a las mujeres en la Moneda, demostrando que podemos hacer la pega y hacerla bien. Claramente estos roles no tienen comparación, sin embargo, creo que a Cecilia Morel le exigirán mucho más que a sus pares anteriores.