En mi vida he tenido varias relaciones serias en las que he pensado pasar el resto de mi vida con alguien. Todas han comenzado con mariposas fulminantes en la guata y con esa sensación de intensidad que te hace pensar que te vas a morir de tanto amor o de tanto sentir.
Es parte del proceso de la vida que a medida que pasa el tiempo esos nervios se vayan aminorando. El punto es que estoy escribiendo sobre esto porque conversando con amigos el otro día, yo dije que creía que esas mariposas ya nunca más iban a volver. He vuelto a salir con potenciales tipos que se podrían convertir en mis novios, pero esas mariposas ya no se manifiestan, y quizás me da susto de que no lo hagan más.
Mis amigos dicen que sí vuelven a aparecer, que toma tiempo, y quizás los tipos con los que salgo no son los que me hacen sentir con tanta intensidad y que tengo que recurrir a la paciencia. Yo a estas alturas ya no sé nada, quizás estoy creciendo, madurando, y es natural comenzar a vivir las cosas de otro modo, pero admito que me gustaba la sensación de intensidad adolescente.
¿Creen que las mariposas siempre existen cuando encuentras a la persona adecuada? ¿O llega un punto en el que ya no existen más?
(foto vía laradanielle)