Foto vía Horia Varlan
La otra vez estaba hablando con un compañero de la pega y me confesó una de las cosas que más le molestan en el mundo: que le cuenten los finales de las películas, de los libros, de las historias... ¡de todo!
Me decía que de verdad era una cosa que le apestaba de sobremanera y que hasta se ha enojado con amigos cercanos por dicha situación. Igual lo encuentro como mucho. Pero para él, claramente es una ofensa.
A mí no me molesta taaaanto. O sea, me muero de lata que me cuenten el final de la película que voy a ir a ver el fin de semana, por ejemplo. Pero en general es más grande la curiosidad que tengo por saber, por lo que pregunto todo el rato.
Me pasa sobre todo con los libros. Averiguo quién lo leyó y empiezo a hacerle preguntas; al final es siempre la misma respuesta: "pero léete el libro"; y de verdad, me apesta que me digan eso, porque es demasiada la intriga que tengo por saber qué pasa al final.