No soy una persona particularmente chistosa (tampoco "pintamono"). De hecho considero que mi humor es bastante “especial”, negro y algo irónico, cero del gusto de la mayoría de la gente. Por eso, y como no a todos les hace mucha gracia, cuando lanzo un chiste que a mí me parece demasiado divertido, empiezo a cachar a los que me rodean esperando una reacción y si sólo uno lo entendió, entonces me doy por pagada y decido que esa persona se merece más de mi atención. Ya sé, suena tonto.
Aunque sea ridículo admitirlo me gusta que se rían cuando creo que estoy tirando una talla buena y, de alguna forma, lo utilizo como “filtro”, con el que discrimino altiro a los que no tienen nada que ver conmigo de los que hablan un idioma parecido. Cosas de loca. Lo sé.