El otro día con mi hermana nos acordamos de lo mucho que nos había marcado Candy, lo trágica que era la historia y en lo traumáticas que podían resultar algunas escenas para una niña chica: Anthony muriendo mientras cae de un caballo, una niña con hemofilia que escala un árbol y termina prácticamente desangrada, Terry al borde de la muerte cuando le caen encima las luces del teatro, entre tantas otras.
La cosa es que después nos pusimos a investigar fun facts sobre la serie y averiguamos uno bien interesante. En Italia, después de salir al aire el final original, muchos seguidores extremistas, al no gustarles el absurdo término que se le dio a la serie, atacaron el Vaticano y sus monumentos más importantes. Y encontraron que la mejor manera de reparar el problema era creando un final feliz.
Todas tuvimos nuestro primer crush con Terry y siempre soñamos con que Candy se quedara con él; y eso fue precisamente lo que hicieron.
En el final original, Candy vuelve al Hogar de Pony y se da cuenta que su mítico amigo Albert es el Príncipe de la Colina, con quien había soñado desde niña. En el final alternativo sucede más o menos lo mismo; pero Annie llega a mostrarle un periódico, en el que dice que Terry decidió separarse de Susana. Producto de la situación, Candy le envía una carta pidiéndole que se junten en la estación de trenes. Vean ustedes mismas lo que pasó.