Las palabras con las que hablamos están vivas. ¿Se han dado cuenta que cambian según la época o el lugar? Al pan le digo marraqueta, pero en Valparaíso es pan batido y hacia el sur de Chile es pan francés. Yo le digo paño de cocina, pero conozco gente que dice paño de platos. A la misma cosa, se le dice de distintas maneras. Lo encuentro bonito.
Yo lo conozco como cortacartón, pero he escuchado a gente decirle "tip-top" o "cuchillo cartonero" e incluso, simplemente, cartonero, como el oficio de recoger los cartones. Yo lo conocí como corrector, pero sé de personas que le dicen "liquid".
Cuando chica, vivía en una villa muy normal fuera de Santiago. Le decía liebre a las micros chicas, los buses eran los grandes. Las "escuelas" eran sólo los colegios municipales. Aunque mi abuela siempre le dijo escuela a mi colegio, como que en su época todo era escuela simplemente.
También hay cosas que decimos en Chile nomás. Al papel del baño todos le decimos "confort". Una vez, una argentina estaba en el baño de la casa de mi cuñado. Él le preguntó. ¿Hay confort en el baño? Ella respondió cordialmente: "Sí, todo cómodo". Cuando en realidad, él quería saber si tendría papel para hacer sus cositas. Así pasa con la toalla Nova, la Gillette y el Calefont.
En Argentina la rayuela es lo que en Chile se llama "luche". Allá todos dicen "cerdo", acá chancho y en México marrano. Hasta las ofensas son distintas por país. Cuando era chica y tenía la oportunidad de hablar con un extranjero, lo primero que hacía era preguntarle por los garabatos en su país o idioma.
También pienso en una nota que leí que decía que no sé en qué país nórdico y nevado, tenían como 5 nombres para la nieve. Acá en América Latina nunca nieva, entonces le tenemos un puro nombre.
Encuentro divertido que haya miles de maneras de denominar las mismas cosas. Hacen que, cuando uno viaja o conoce gente, aprenda palabras nuevas y divertidas. Cómo hablamos, dice mucho de cómo somos.