Casi todas las mañanas, rumbo a la universidad, hay algo que no puedo dejar de notar. La joven lola o las señoras que sin miedo se pintan en el metro o la micro para evitar andar con una cara terrible por la mañana, por no maquillarse.
La gente no tiene por qué conocer nuestra palidez extrema ni admirar nuestras ojeras de mujer trabajadora o esforzada estudiante que pierde horas de sueño. Claro que esto pasa por el retraso mañanero, la cosa es que logran con éxito el objetivo de belleza para llegar a su universidad, colegio o trabajo.
Algunas parten en la primera estación con la cierta cara de “zombie desvelado” y llegan a la última como si el sueño no les afectara en nada.
Yo las aplaudo, quedan como una verdadera master piece, unas incluso ni siquiera se pasan con el lápiz. Yo no podría, antes de salir en las mañanas tengo que sí o sí mirarme al espejo para no embarrarla con el rimel o la sombra que me coloco en los párpados.
Tampoco me pinto mucho, soy blanca por naturaleza y está más que aceptado. Le he tomado cariño a mi palidez de hecho. Al menos se notan ocho pecas que me gustan.
Y tú? Puedes maquillarte como si estuvieras haciendo una obra maestra?