No sé si es porque nuestro género es demasiado coloriento o qué, (sí, puede ser que las mujeres pensemos más), sumando que la mente es lo que nos mueve, siempre que estoy con problemas, mi cuerpo se va a un estado de decaimiento ¡cuático!, es como si realmente mi autocontrol se hubiese ido a jugar con otros a la escondida. Lo odio, es verdaderamente irritable porque me enfermo, sobre todo del colon y me dan náuseas y todo es gris, no tengo ganas de caminar ni mucho menos salir a carretear porque me da susto que si tomo o como algo, me pase todo el fin de semana acostada y enclaustrada en mi buque. Y ojo! No es depresión, quizás algo de hipocondríaca tengo, sin embargo, me perturba que el poder de la mente sea tan decisivo, aunque quizás es que las cosas me importan demasiado. Definitivamente a veces pienso que si el mundo supiera esto no querría hablarme (pero como acá nadie me conoce, me da igual). El otro día recibí una noticia de esas que dices “cresta” por qué ahora, por qué aquello, por qué por esa shit! y pasaron un par de días del terror y al cuarto estaba enferma, con fiebre y con una necesidad imperante de que un doctor me dijiera qué enfermedad me había agarrado por ahí, sin embargo, yo sabía que como siempre, la que quería verme tirá como cualquier cosa era mi mente y nada más. Y bueno, sigo enferma, escribiendo esta nota me siento mal y mi guata habla con voz propia y potente, si pudiera estrangularla… sería maravilloso.
La conclusión de todo, es que mientras más te importan las cosas más te decepcionas, así que decidí que no voy a pescar y que chao con todo, a hacer mi pega bien y a pasar buenos momentos con los bacansitos de mi vida. ¿y qué pasará con el resto? Bueno, la respuesta está en la pregunta, lo resto. Que todo fluya, así es más bonito.
¿Qué opinan chiquillas, buena o mala decisión?
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