Quienes tenemos un poquito más de veinte años, recordamos perfectamente a “Olguita Marina”, el inolvidable personaje de la teleserie "Sucupira" encarnado por la actriz Carmen Disa Gutiérrez. Esta era una mujer que no se podía establecer mucho tiempo en un solo lugar y a quien la compañía de su marido desesperaba si era por muchos días. Todo, pese a que lo amaba y hacía esfuerzos sobre humanos por estar a su lado.
Aún cuando su esposo, don Segundo Fabregas (José Soza), le entregaba mucho amor, estaba lejos de brindarle la diversión que ella necesitaba. A Olguita Marina le gustaba viajar, conocer gente y salir de fiesta, pero él, un sufrido farmacéutico, le ofrecía sólo tranquilidad.
Ya se ha convertido en un dicho y casi un emblema en las mujeres. Si eres hombre y tu pareja te dice que le están dando "los ahogos de Olguita Marina", preocúpate, porque en cualquier momento sale arrancando. Eso sí, no digan que no les advertimos. Nosotras damos ciertas señales de que las cosas no andan muy bien y que lo único que queremos, es salir y despejarnos por un tiempo. El problema, es que puede tratarse de días, semanas o meses.
Es cierto que cuando nos enamoramos, lo hacemos también de los defectos de la otra persona, pero todo tiene sus límites y a veces pillar todos los días la toalla tirada en el baño o la tapa del WC arriba, podría pasar la cuenta. Por eso, salir y olvidarse de los olores del hombre, de que cuando hay fútbol no se les puede hablar o que constantemente confunda un favor con una obligación, podría ser una de las cosas más placenteras para una fémina y volver a la realidad, transformarse en algo horrible ¡Realmente un castigo!.
Otra cosa que es importante para la mujer - y casi sagrada -, es salir de compras. No hay nada peor que andar vitrineando presionada, mirando la cara larga de nuestra pareja o saber que nos está esperando en algún lugar. De partida, no encontramos lo que necesitamos, porque la vista pareciera nublarse y sólo tenemos cabeza para pensar en que debemos elegir pronto. Luego , el celular comienza a vibrar y al contestar, se escucha esa voz odiosa y de mando diciendo "¿Cuánto te falta?" Y ojo, que si los ignoramos, las llamadas son cada vez más frecuentes y con peor tono de voz. Así, ¿cómo no van a dar ganas de salir arracando?
Si tú pololo o marido no te da el espacio que necesitas, ¡solo hazte de él! Sal con tus amigas, ve de compras o simplemente mira una película, porque sólo las mujeres sabemos lo estresantes que pueden llegar a ser nuestras parejas. ¿Cierto, chicas?
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