Casi cuatro días. Eso fue lo que demoré en leer "Ese instante de felicidad", de Federico Moccia. Y así fue para mí, un instante. Todo inicia con una perdida y prosigue con un abandono sin explicación. Ambas circunstancias hacen que Nicco viva unos días no muy buenos, en que se ve confundido por sus sentimientos, y las nuevas responsabilidades con el rol asignado de "nuevo hombre de la casa”. Ocupado entre sus dos trabajos, los dramas de las hermanas y los de su amigo Gio, pasa sus días reflexionado de lo acontecido y buscando razones, pero no soluciones.
Pero no todo es negro, y desde los problemas aparecen dos luces que traerán alivio y buenas noticias a estos dos amigos. Y Nicco encontrara más que amor: la posibilidad de generar nuevos momentos felices.
Como siempre los personajes tienen ese toque jocoso y de carácter marcado, llenos de aventuras e ideas en las que vale la pena pensar. Hubo momentos en que me reí mucho y en otros, absorbí su tristeza. Hubo ocasiones en que deseé vivir alguno de esos instantes. Es que es imposible no soñar despierto con los parajes descritos, o querer probar aquellos quesos, jamones y pastas que llenan hoja tras hoja el texto. (¡Qué manera de comer estos hombres!).
Como es característico en Federico, éste, su penúltimo libro (2013), es de lectura liviana y realista, pero tiene muchos toques reflexivos. Me gustó mucho la visión masculina respecto a la pérdida de un ser querido; aunque no miento al decir que en ocasiones me sorprendí mucho con la sinceridad del sentimiento y la veracidad de algunas imágenes. Lo mejor es que te permite analizar ciertas cosas, recordar otras y te motiva de una forma amplia a dejarte llevar por esas vivencias que podrían hacer que tu vida se volviera aún más emocionante. Tiene frases que sólo Moccia podría crear.
Te lo recomiendo totalmente. Útil para pasar un momento agradable: es ameno, gracioso y saludable... ¡Descúbrelo!
Imagen via Twitter Federico Moccia