Un espécimen masculino bastante fácil de reconocer es el "cuarentón en crisis”. Se trata de un personaje recientemente separado, cuyo origen puede tener dos vertientes. La primera, aquel que de joven debió estudiar y trabajar, postergando la sana etapa de salir y conocer minas. La segunda, el que sí la vivió, pero jamás se rehabilitó de ella.
La nueva soltería abre a estos hombres un mundo que desconocían o bien, uno del que salieron con fórceps y por el que siempre tuvieron nostalgia. Es entonces cuando deciden probarse a sí mismos que continúan siendo “potables” para el sexo opuesto. Todo, con el plus de que hoy disponen de la solvencia económica de que antes carecían.
Lo primero que hacen es cambiar el auto por uno bien llamativo, último modelo (léase Camaro, Veloster, descapotable o cualquier otra variante estilo GTA). Todo para captar la atención de las féminas, ojalá veinteañeras, rubias y llamativas. También es usual verlos renovar su closet, reemplazando las prendas formales por otras más juveniles, pero siempre estilosas y (súper importante) de marca. Con todo lo anterior, asisten a pubs procurando parecer los reyes de la pachanga, aunque los años terminan por pasarles la cuenta y las ojeras los ponen en evidencia.
Por supuesto, poseen el encanto de todo hombre maduro y con la vida aparentemente resuelta. ¡Pero ojo, amiga veinteañera! ya que si este ejemplar pertenece a la segunda variante, lo más probable es que ¡jamás! vuelva a atar sus trenzas, puesto que ya probó las responsabilidades adultas y - créenos - no le gustaron. Es casi seguro que termine reemplazándote por una rubia último modelo (sí, como quien cambia su auto por uno “del año”). Con la primera variante, en tanto, ocurre que esos “aires de libertad” acaban junto con la crisis, momento en el cual el personaje busca recobrar su centro. ¿Y su joven acompañante? Muchas gracias y hasta luego.
Si aún con ello quieres disfrutar de su compañía, hazlo con la mente bien fría y sólo viviendo "el momento" ¡para que luego no digas que no te avisamos!
Imagen CC Raúl Hernández González