Cuando nos enfrentamos a la posibilidad de llevar una relación larga distancia – entiéndase entre ciudades, regiones, diferentes países o todo un continente de lejanía (no juzgamos, cada uno tiene su percepción de larga distancia) – el primer pensamiento que nos atraviesa es un gran "¡¿Cómo lo hago?!" Pero sin desesperarse, ¡que las opciones son muchas!.
Sí, es muy probable que nuestros amigos, familia, vecinos, cajera del supermercado y hasta el malabarista de la esquina nos den una larga lista con todas las razones del porqué no va a funcionar. Que la inseguridad, que “pololeo de lejos, pololeo de pendejos”, que tu celopatía compulsiva y que la necesidad de comprobar que tienes un pololo/a real no inventado se basa en juntarse a ver películas y engordar, hechos que te complicarán la vida al momento de enfrentarte a una relación con distintos husos horarios. Sin embargo, ¿en qué momento los invitamos a todos a pololear? Una comunidad polígama sentiría envidia de todos los integrantes de nuestra relación.
Ok, la idea tampoco es llevar un amor donde sean tú y tu pareja juntos contra el mundo, luchando contra la adversidad encarnada en esas solitarias personas que quieren verte triste y miserable, llorando por un antiguo amor. O que en su defecto, están esperando a que te conviertas en su nuevo partner soltero, listo para noches wild on de desenfreno, arrepentimiento y lagunas mentales al día siguiente. En verdad no toda la gente es tan mala, si existen algunos que sólo lo hacen pensando en tu bien, porque pololear sin verse todos los días sí que puede ser algo hecho sólo para valientes.
En fin, la razón por la cual les digo esto es porque a pesar de estar a unas semanas de vivir esta experiencia, en la que mi pololo de casi dos años se irá a estudiar al extranjero por seis meses, me siento preparada. No es fácil, no señor, jamás lo será, pero ¿no es que el que no se tira al río no cruza la corriente? (Seguramente no era así el dicho, pero todos lo entendemos). Quizás a muchos el río se los lleve torrente abajo y se dirijan directamente a una cascada de llantos y desilusiones, sin embargo, el miedo no puede ser motivo para abandonar buenos recuerdos, proyectos y harto 1313.
Por eso les digo: no nos desesperemos, vivamos la experiencia, probemos no sólo nuestra relación, sino que a nosotros mismos y nuestros límites. Después de todo, ¿para qué hubo genios devanándose los sesos inventando maravillas como Skype o Whatsapp? Probablemente ellos también tuvieron su loco amor de verano, que se transformó en amor de otoño, invierno, primavera y la distancia los separó en algún momento. Así que, paciencia al tiempo, porque si en “Diario de una pasión” Allie y Noah lograron preservar su amor a pesar del tiempo, la distancia y hasta con una Guerra Mundial entremedio, ¿cómo nosotros no vamos a poder?
Imagen CC TheeErin
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