A mitad de la noche empiezas a moverte: las tareas próximas se pasan por tu cabeza, el remordimiento por lo que no estudiaste se hace presente y el fantasma de la culpa te atormenta hasta hacerte despertar. Así es la Universidad, peor que Freddy Kruger en “Pesadilla en la calle Elm”.
El estrés se transforma en tu peor sueño. El insomnio se apodera de ti, teniendo como consecuencia largas noches de estudio acompañada de un café. Ese placer de dormir y comer como se debe, se olvida con tal de salvar el abominable año académico. En todas las carreras y Universidades ¡el cierre de semestre es el período más terrible!
Si hay que salvar ramos, este período del año es crítico. Prácticamente uno deja de tener vida social. Adiós eventos familiares, amigos y pololo. Hay que ser realmente comprensivo para lidiar con un alumno irritable y estresado. Es estar presa por voluntad propia, porque se vive encerrada. Lo más triste, es que estamos saliendo de una prueba o trabajo, para entrar en otro.
A veces me siento como un duende en una gran cueva, aislada de mi realidad. Al final de la oscuridad, veo la luz: las vacaciones de verano. El camino se hace cada vez más largo, definitivamente hay que luchar para conseguir un merecido tiempo de descanso. Nadie quiere encontrarse con los exámenes finales, donde el ramo pende de un hilo y podemos hasta perderlo.
Al final, no queda otra que buscar la propia motivación. No podemos ir contra la corriente, aunque los profesores parecen ponerse de acuerdo para agendar sus pruebas en la misma semana. “No hay mal que dure cien años”, ¡dicen por ahí! Sólo un par de meses para la libertad de nuestras mentes. Eso sí ¡ojo con la sobre exigencia! que puede pasarnos la cuenta.
¡Ánimo a quienes están pasando por este complicado proceso! Cuando creas que no puedas más, busca tus propias frases de motivación. ¡Vamos que se puede!
Imagen CC Sara.Nel