Si eres una persona que trabaja en el área producción o manufactura de una empresa, seguramente no estarás familiarizado con esto. No obstante, para quienes trabajamos en oficinas de cualquier tipo, las hojas son todo un tema. Aunque suene a cosas de locas: me cargan las hojas tamaño oficio.
Desde que tengo memoria, para cada cumpleaños mis padres me compraban artículos de escritorio. Esto no por ahorrarse las compras del colegio, sino porque me encantan los cuadernos, los lápices, los clip de colores etc. Siempre tuve herramientas para hacerme agendas, cuadernos lindos y una gran variedad de regalos caseros.
Al momento de elegir las hojas indicadas, las opciones pueden ser variadas respecto a diseño: texturadas, lisas, gruesas, de colores, mates u opacas; pero en cuanto al tamaño, mi única aliada siempre fue la hoja tamaño carta. Tanto extendida como doblada a la mitad tiene el porte perfecto. Útil en todo sentido, ya sea para un diploma o una tarjeta de cumpleaños. Sí, ¡las amo!. En cambio el papel tamaño, oficio además de ser costoso, ¡es tan poco práctico!. Para guardarlo debes comprar una carpeta especial; si juntas las hojas con otras, siempre quedara disparejo. Como no cabe en todos lados, se dobla en las orillas y - siendo sincera - en ninguna de mis carteras se acomoda.
Es una manía. Si llegan documentos en oficio y debo trabajar con ellos, los saco del grupo y los reduzco en la impresora para que se acomoden a todos mis archivos tamaño carta. Es la única forma de que todo se vea ordenado y prolijo.
Y tú, ¿tienes alguna preferencia en cuanto a papelería?
Imagen CC Kristina