Así es, queridas lectoras. Me obsesiona guardar todos los papeles de regalo que llegan en cumpleaños o celebraciones. Y ojalá que no estén dañados, porque así los puedo utilizar en otra oportunidad. Es tal mi locura que tengo tres bolsas enormes llenas de envoltorios de diferentes diseños: para niños, niñas, baby shower, matrimonio… ¡tengo de todos los tipos!
Mi locura llegó a tal punto que me enferma ver un papel de regalo arrugado. Así es que prefiero plancharlos con mucho cuidado. Las rosas las guardo en una bolsa diferente. ¡Como pueden ver, mantengo todo muy bien ordenado!. Yo creo que para mí lo principal es re-utilizarlas. Es una real pérdida ocupar un papel sólo en una oportunidad.
Esta rara obsesión empezó hace años, para un cumpleaños mío. Al día siguiente de mi fiesta, vi un montón de papeles tirados. Algunos eran demasiado hermosos como para botarlos. Por eso, tomé la decisión de reciclarlos. Los ordené por color y los mantuve estirados en una bolsa. El problema es que nunca imaginé que se transformaría en una extraña obsesión.
Lejos, lo mejor es que siempre tengo papeles para envolver cosas. Cualquier familiar sabe a quién recurrir de no tener cómo guardar un regalo. Soy casi como un bazar de papeles.
Lo más complicado de esto es cuando voy a otros cumples. ¡Me mata ver cómo destruyen los papeles sin compasión! Si supieran lo mucho que pueden servirles (porque no faltan las personas que, en último minuto, corren de un lado hacia otro buscando un papel de regalo). ¿Ven? Después de todo, mi rareza no es tan inútil. De hecho, sirve bastante y saca de apuros.
¿También les obsesiona guardar algo en particular?
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