¡Qué decepción!, tantas horas depilándote, acomodando tu cabello y perfumando tus zonas íntimas para enfrentar una desagradable sorpresa: el galanazo ni siquiera había alcanzado a tocarte cuando su precoz "amigo" había decidido disfrutar sin ti entre sus pantalones.
La erótica y ansiada fantasía se desvaneció en cosa de segundos. Y bien, "no es su culpa", ¿cierto? Después de todo, él se siente peor que tú. Lo que ambos desconocen, es que se trata de un problema bastante común y tiene solución.
En ocasiones, la ansiedad, falta de experiencia sexual -puede ser su primera vez-, el temor a un embarazo no deseado o que simplemente no tenga ganas, son las razones que impulsan este terrible problema. Ser eyaculador precoz es una condición psicológica - muy pocas veces una falencia física -, la cual se soluciona con confianza y estabilidad psicológica en el momento del coito.
¿Te desespera?, bueno si el orgasmo de tu pareja se apresura y ni siquiera alcanzas a disfrutar, "calma tus pasiones". Quizás deberías dejar para después la lencería playboy y el papel de la dominante con látigo en mano que, sin duda, intimidarán a tu pobre amante. En cambio, intenta ir despacio: de seguro está acomplejado por su situación y necesita que seas comprensiva. No se transformará en un sex machine de un día a otro, pero sí lo logrará en un tiempo si eres discreta y le entregas "sutilmente" algunos tips.
Invítalo a conocer su cuerpo: que converse un poquito con su "pequeño amigo". Si él sabe que ya se va a "ir", pueden intentar cambiar de posición -la creatividad en la cama siempre suma puntos- o proponerle entrenar sus músculos entre la zona del ano y pene para tensarlos a voluntad y prolongar la penetración.Por otra parte, pueden aumentar el tacto y los besos antes del coito. Puede ser beneficioso -y súper excitante para ti- si le pides que estimule tu cuerpo con sus manos y labios. Además de ayudar al orgasmo femenino, él disfrutará de tu cuerpo y acostumbrará a mantener la erección unos minutos más.
Ayuda al pobre hombre antes de vestirte decepcionada o de reirte de su problema con tus amigas. Al final, sólo es un nuevo reto de la naturaleza: quizás a algunas nos cuesta llegar al clímax - hasta el punto de aburrirnos en el intento - como a ellos les dificulta mantenerse "firmes" para que estemos contentas. ¡No te quedes de brazos cruzados! Socorre a tu macho, él lo necesita.
Imagen CC José Manuel Ríos Valiente