¿Has notado que en ciertos periodos, cada proyecto que emprendes parece destinado al fracaso? Las energías no fluyen, las cosas no eran lo que esperabas, la compañía de tus amigas no te satisface y el mundo te tiene mala. Pues bien, querida amiga: atenta a estos síntomas, que no necesariamente implican que el universo conspira contra ti. Al revés: puede ser que tú misma boicotees tu suerte.
Así es, tal como lo lees. Las féminas tendemos mucho al auto-boicot, ya sea por inseguridades, miedos o problemas no resueltos. Y es en esas circunstancias que nos convertimos en la peor versión de nosotras mismas. Juramos que Juanito nos tiene mala, la mosca nos miró feo, las vecinas nos critican, los comentarios sueltos en Facebook aluden a nosotras, se nos cruzó un gato negro y tres palomas chocaron contra nuestra ventana. ¡Mal!
El punto es que las que aparentan ser externalidades, no son más que un reflejo de nuestro interior: estamos profundamente disgustadas con nosotras. Y es ahí donde tenemos que evaluar si nuestro “pero” es una baja autoestima, una desbocada falta de confianza o algo que reprimimos; una emoción oculta que no supimos manejar. Para saberlo, hay que ponerse ¡manos a la obra!, a fin de romper el círculo vicioso y dejar de boicotear nuestras vidas. Toma nota de los siguientes tips y ¡aplícalos si es tu caso!
1. Tómate un tiempo: Si sientes que nada te resulta - trabajos, relaciones, estudios, etc. - espera un tiempo antes de reintentar. En vez de embarcarte de inmediato en otra aventura, debes escudriñar en tu interior y analizar qué te motiva, cuáles son tus objetivos y a la vez, qué te perturba. Ayúdate por actividades que favorezcan la meditación - como el yoga - y, si las finanzas te lo permiten, viaja, conoce gente nueva, pero ante todo conócete a ti misma. Una vez que tengas las ideas más claras, retoma tus proyectos. Antes no, pues volverán a fracasar. Ten presente que el problema no es externo: está en ti, y en tanto no lo erradiques, no podrás avanzar.
2. Deja de autocondolerte: En lugar de levantarte cada día pensando en tu infortunio y que las estrellas no se alinean en tu favor, medita sobre lo maravillosa que eres y lo fantástica que es la gente cuyo corazón has conquistado. Haz el ejercicio mental de aceptar tus cualidades, ¡sabemos que cuesta más que enumerar defectos, pero bien vale! Anota en una hoja (o en tu cuaderno favorito) cuáles son tus principales logros, qué cosas te enorgullecen, qué tienes, por qué luchas y de qué herramientas dispones. Te sorprenderá notar que eres muy empática, intuitiva, sabes escuchar, eres simpática, divertida, etc. Forma tu escudo con esas cualidades y recuérdatelas cada día. Verás cómo, premunida de tus propios talentos, te harás fuerte.
3. Exterioriza tus ideas: Sea que escribas, dibujes o bailes, visualiza tus proyectos y deja que afloren en tu arte. ¡Expresar tus ideas, por la vía que sea, es la mejor forma de aclararlas!. Si no tienes un oído amigo que “apañe” con las escuchas, ejercita la disciplina que te sea más afín y no sólo tendrás la película más nítida, sino que además liberarás neuras, sintiéndote ¡renovada!.
4. De ser preciso, pide ayuda profesional: Si sientes que, pese a poner tu mejor esfuerzo aún no logras descubrir qué quieres ni cómo conseguirlo, no tengas vergüenza en recurrir a un buen psicólogo. Son los “médicos del alma”. Rompe aquel prejuicio de que debes estar “loca” para requerir su ayuda; al contrario: acude a ellos la gente fuerte que ha aguantado demasiado. Verás como con su apoyo, la tarea será más fácil y eficaz. Por si no lo sabes, existen distintos enfoques de esta disciplina (cognitivo conductual, transpersonal, etc), por lo que puedes hallar una terapia que te acomode y ¡ni cuenta te darás de que estás en tratamiento! Sólo es cosa de que busques y elijas.
Y bien, ¿estás lista para olvidar el auto-sabotaje y comenzar a echarle ganas?
Imagen CC Rachel.Adams