A muchas de nosotras nos encanta jugar, pero no con muñecas, si no que con Ken de carne y hueso.
Nos imaginamos a ese príncipe azul apasionado que nos despierta con un del más profundo sueño con un fogoso beso. No a ese pastel que llega con un caballo blanco, sino al bombón que viene con intención de darnos el mejor de los despertares. ¡Por eso es tan importante el juego previo antes del sexo!
¿Se imaginan? Llevan una semana preparando la cita ideal, con ese hombre que les provoca ¡demasiadas cosas!. Es todo un ritual, que empieza con qué ponernos para tratar de vernos sexies. Después de tener lista la tenida, los esfuerzos se concentran en lucir un cabello hermoso y una piel suave. ¡Obvio, ya que no queremos pasar ningún bochorno, jaja!.
Lo malo es que llegamos a "la hora de" y no pasa nada. ¡Hasta ahí nos llegaron las ganas!
A todas nos gusta que nos tomen por la cintura, que nos toquen apasionadamente el cabello, que nos besen de manera muy sexy las orejas y el cuello, haciendo que el encuentro sea ¡lo mejor de la vida!. Lo malo es que los hombres muchas veces no cachan nada: son brutos y creen que lo más importante del sexo es ir directo a la acción. ¡Pero eso no es todo! Somos mujeres: nos gusta que nos traten con cariño y dulzura. Y bueno, en cuanto al "hecho", ideal si utilizan cosas que nos provocan, como chocolates, frutillas, aceites para masajes e incluso, las técnicas del señor Grey (pero mucho más suaves, por supuesto, jaja).
Así como nosotras utilizamos mucho tiempo en prepararnos, también nos gusta que nuestros galanes se preparen para hacernos sentir deseadas, queridas y lindas.
Y ¡ojo! no por un minuto, sino, lo suficiente para hacer de esa ¡la mejor de las veladas!. ¿Me encuentran razón?
Imagen CC Corie Howell