La vida de soltera está llena de sorpresas: salimos con amigas - con el único afán de pasarlo bien y reír hasta que duela la mandíbula -, pero sólo el destino sabe qué encontraremos en el camino…
Era una de esas calurosas noches porteñas, en que la bahía brillaba con las luces de los cruceros, la brisa refrescaba y los locales estaban llenos a más no poder. Nuestro grupo era grande; reíamos de todo y no parábamos de hablar. Yo bailaba con mis partners y ellas conmigo. Nos divertíamos sin necesitar de hombres, ni tener la más mínima intención de "cazar"; pero de un momento a otro, un tipo alto y blanco como la nieve estaba frente a mí.
Me sorprendió su mirada penetrante e insistente. Se me acercaba a cada momento intentando hablarme, pero el ruido no me permitía oírlo bien. Como quería saber su nombre, dejé que se acercara y escuché que me decía: “hoy te irás conmigo”. Luego, no se alejó más. Miré a mi alrededor buscando a mis amigas, pero extrañamente, los movimientos de la danza nos distanciaron. Ya no las veía, pero sentí la mirada de alguien más: uno de sus amigos, cuyos extraños gestos no logré comprender. Seguí bailando con él.
Cuando me tocó, sentí un extraño escalofrío que erizó mi piel. Él lo notó y me abrazó con fuerza, mientras la música sonaba frenética y todos saltaban alrededor nuestro. Al intentar seguir la corriente, él no lo permitió. Me arrastró hasta un rincón donde - sin éxito - intentó besarme. Seguí bailando, buscando en mi mente la forma de zafarme, pero su fuerza era mayor a la mía. Me apretó y comenzó a morder mi cuello. Cada vez dolía mas, al punto de hacerme gritar y golpearlo en la entrepierna. Un hombre lo detuvo y corrí entre la gente hasta el baño.
Al mirarme en el espejo, vi los tremendos chupones que tenía en mi cuello y hombro. Llena de temor, describí al tipo ante las mujeres que estaban ahí, que miraban asombradas cómo me dejó. En ese momento, una de ellas dijo desde la puerta: “el vampiro está afuera”. ¡Morí de miedo!, pero afortunadamente mis amigas llegaron y llamaron a un guardia para lograr salir. Él seguía ahí, mirándome a la distancia, por lo que al primer descuido nos fuimos a tomar algo que me calmara.
Esa fue la última vez que baile con un extraño y perdí a mis amigas de vista. La noche está llena de sorpresas y no todas son buenas. Recuerda que soltera no es “sola”: si te alejas del grupo, siempre avisa dónde estarás. ¡Eso hará que nunca dejes de pasarlo bien!.
Y tú, ¿tienes alguna experiencia vampírica?
Imagen CC Gaelx