Durante mis años universitarios trabajé en el área de ventas. Recibí muchas capacitaciones y me impresionó conocer la importancia del rol del vendedor en la decisión de compra. Tan fundamental es, que podemos apreciar su influencia aún en nuestras vidas.
Hace un par de meses, con mi pololo e hijo fuimos a cotizar algunos proyectos inmobiliarios en los sectores de nuestro interés. Había varios, de similares características en cuanto a espacio, distribución, precios y accesos. Sin embargo, en uno de ellos la vendedora fue muy descortés: no nos mostró el piloto ni tampoco evidenció preocupación por atender nuestras consultas. Terminamos descartando esa alternativa, aún cuando no era una mala oferta.
Mi hijo preguntó posteriormente por qué habíamos declinamos dicha opción y la verdad, no había más argumento que la mala experiencia con la vendedora. “Ni que fuera a vivir con nosotros”, dijo. ¡Y es verdad!, lo que me llevó a reflexionar sobre la importancia de este personaje en el éxito de la operación.
Todos queremos ser bien acogidos, en cualquier circunstancia y en especial, ante una compra importante. Esperamos recibir una correcta orientación dequien “conoce” el producto mejor que nadie. Apreciamos que nos haga sentir importantes, aunque sin exagerar, ya que tampoco queremos que nos sigan por el showroom acosándonos como si fuéramos a robar. Tan importante es un vendedor socialmente hábil, que incluso sé de personas que, sin pretender adquirir algo de inmediato, terminaron haciéndolo de manera impulsiva, fascinadas por el encanto del oferente.
Personalmente, reconozco que he comprado algunas cosas sólo porque al preguntar por ellas he sido bienvenida; la persona que atendía mostró - o fingió - preocupación por mis problemas, junto con disposición para ayudarme a resolverlos. Además, me regaló una sonrisa y un gran despliegue de simpatía (otra prueba del imbatible poder de un gesto amable, en tiempos en que todos andamos amargados). Por eso, amigas que trabajan en venta, a tomar nota: el encanto, la deferencia y el buen trato no fallan.
Y tú, ¿te has visto influenciada por un buen o mal vendedor?