Debo confesarte que tengo un gusto culpable por los hombres menores que yo. Culpable, porque a veces son muchos años de diferencia y siento que podrían ser mi hermano menor. Pero entonces los veo otra vez, tan guapos y encantadores, ¡y no puedo resistirme!
Ahora, además de mucha energía y alegría por doquier, estos irresistibles bombones vienen con algo más: tienen menos experiencia, en todo el sentido de la palabra. No sólo han tenido menos parejas (a veces sólo una o dos y de corta duración), sino que también tienen una menor experiencia sexual. Y por más empeño que le pongan (porque si hay algo que destacar de ellos es que son ¡muy! empeñosos), a la hora de la verdad, se nota.
Recuerdo una pareja en particular, que había tenido dos pololas antes de estar conmigo. Con la primera sólo llegaron hasta los besos (fue una polola de colegio) y con la segunda, si bien había perdido su virginidad, no tuvieron mucho tiempo para estar a solas. En resumen, manejaba algo así como dos posiciones y le tenía fobia al condón.
¡Qué lío! Si bien muchas veces puede ser una “fantasía cumplida” estar con un chico de menor experiencia y ser la “profesora” que le enseñe nuevas y divertidas “cosas”, en mi caso, se queda sólo en eso. Y una vez que cumples la fantasía, la relación se vuelve tediosa. Porque una cosa es ir aprendiendo juntos, y otra cosa es ser la eterna instructora.
Pero en defensa de estos hombres, debo decir que no todos son iguales. El problema de mis galanes es que su falta de repertorio viene acompañado de una terrible inmadurez. No tenemos tema de conversación, se embriagan en las plazas y el último libro que leyeron fue hace años. Sí, así era el chico con fobia a los condones. Creo que duramos sólo dos meses (y eso que alargué la relación lo más que pude).
Si tienes vocación de educadora, si tu galán en cuestión es emocionalmente maduro o si aprende rápido, yo te digo ¡adelante! Así como hay parejas en las que la edad no es un problema, la falta de experiencia en la alcoba tampoco debería serlo. Con ganas todo se puede. Pero si, al igual que yo, te buscaste un tipo al que le falta cancha no sólo en la cama, sino también en la vida, es mejor decir ¡next!
Y a ti, ¿cuánto te importa la experiencia?