Las palabras siempre han sido mis mejores amigas. Con ellas puedo expresar cualquier cosa que quiera; mis sentimientos más bellos se materializan en los cientos de rimas que he hecho hasta ahora y estas líneas hermana, son para ti.
No tenerte hace que me duela el corazón, el alma y que sólo me llene una pena tremenda. Te amo desde antes de nacer; cuando estabas en la guatita de mamá y yo jugaba con mis figuritas de Sailor Moon cerca de ti. Cómo olvidarme de tus pataletas cuando eras más pequeña, en que te enojabas porque no te prestaba mis lápices de colores, o de aquellos veranos cuando comías sandía y te daba esa alergia terrible que te llenaba la boca de granos, o de tus poleras cortas mostrando la panza.
Eres parte de mi vida; esa parte que es incondicional, tan vital que sin ella no se puede vivir. Es por eso que te invito a que no nos deshagamos de ellas y sigamos nuestro camino juntas, sintiendo la una para la otra como si fuéramos un solo corazón.
Siempre he sabido que eres mi hermana favorita (aunque amo a la otra también), porque contigo me río muchísimo y los silencios no son incómodos. Contigo es con quien quiero ir de la mano en todos mis caminos posibles… Eres mi respiro.
Siempre te extraño. A veces sueño repetidamente contigo, siendo indicio de que no nos hemos comunicado en mucho tiempo. Extraño tus historias de juegos, a los personajes de tus series o que me cuentes lo que has hecho en tu día. Extraño las noches durmiendo juntas y que me patees por tu mal dormir.
Hiciste que me pusiera en la situación más terrible: no tenerte. Con sólo pensarlo se me derrite el corazón y se apodera de mí la soledad, el miedo y la tristeza. Quisiera, desde lo más profundo de mí, darte mis ganas de vivir, mis alegrías y compartir contigo el sentimiento de amor que hemos experimentado toda la vida.
Me da rabia pensar que la vida nos ha jugado una mala pasada y no tenemos el apoyo que quisiéramos, pero ¿sabes?. Tal como hablamos alguna vez, sólo podemos aprovechar los momentos buenos y felices, disfrutar de nuestro día a día, del hecho de poder vivir y hacer de nuestra existencia una luz en este cielo. Quisiera tanto volver a ver una sonrisa en ti, sentir tus ganas fervientes de vivir, disfrutar de aquella mujer que tanto ama a los animales.
No te lleves mi pedacito de cielo que está contigo y compartido en tu mundo; no evapores el futuro que tenemos juntas, porque desde ahora y para siempre podré guiar tu camino si así lo quieres. Si quieres consejos, a una compañera o simplemente necesitas contención, yo te ofrezco mis días y mi vida para construir nuevamente tu felicidad.
Colaboración enviada por Claudia Benavides