Ninguna relación es perfecta. No obstante, ese no es un pretexto para vivir enfadados o discutiendo por cualquier motivo. Si hay una situación que detesto al convivir es la hora de pelear. Ese innecesario y triste acontecimiento que no hace más que ayudarnos a tirar el tiempo al tacho de basura, cuando podrías estar disfrutando en otra actividad "conyugal".
Además de lo anterior, te entrego 6 razones por las que detesto las peleas y que quizás tú compartas conmigo. ¿Con cuál te identificas?.
1. Palabras dañinas
Una persona enojada es una bomba de dolorosos dardos. Cuando los sentimientos están a flor de piel, es difícil medir las palabras que salen de la boca. Es por ello que puedes ser muy hiriente con tu pareja al decirle lo que sientes. Nunca olvides que una cosa es ser honesta, y otra muy distinta es no tener tacto para expresarte y "tirarle toda la mierda" para que él se haga cargo.
2. Sentimiento de frustración
Las peleas suelen formarse por la manifestación de 2 opiniones o puntos de vista distintos. Si llegas al extremo de discutir, probablemente ninguno de los dos dará su brazo a torcer y, en vez de sentirte tranquila, un enorme sentimiento de frustración terminará por arruinarte el día.
3. Quiebres y daños
Aunque muchas parejas están acostumbradas a pelear y cada uno de estos conflictivos encuentros terminará por hacer un pequeño daño a la relación. Peor aún para quienes se guardan todo y de un día para otro ocasionan una pelea por decir a gritos lo que piensan. Pese a que muchos vuelven o logran reconciliarse, hay que ser muy cuidadosos: la gente se cansa de pelear y la relación se deteriora.
4. Violencia
Suena extremo, pero en mayor o menor grado, las peleas llevan violencia en su ser. Ya sea a golpes, gritos o malas palabras, las peleas son una expresión de violencia producto de una profunda incomprensión. Somos seres civilizados, ¿de qué sirve estar en pareja si no creces y sólo retrocedes?.
5. Falta de comunicación
Una pareja que llega a pelear en vez de conversar, padece de falta de comunicación. Quizás uno de los dos ya no quiere estar en pareja, buscando instancias para pelear y desatar su frustración mientras espera que el otro se aburra y lo deje. O tal vez sólo quiere un poco de cariño, pero no sabe cómo decirlo. Nunca olvides que la base de cualquier relación es la comunicación: problemas que parecen muy graves en tu cabeza pueden simplificarse notoriamente con sólo hablarlos.
Intenta ser feliz con tu pareja, que ese es el único y valioso objetivo de estar juntos. ¡Suerte!.