¡Mmm, qué exquisito olor! Lo sientes desde el pasillo, cuando vas llegando a tu departamento. Te preguntas de dónde vendrá, ya que abrió tu apetito de inmediato. Entras a tu casa: ¡ahí está! Es tu adorable y maravilloso pololo, quien te sorprendió llegando antes a casa. Y resulta que te tiene preparado un manjar de dioses. No es una cena a tontas y a locas, sino que se preocupó de todo: plato de entrada, de fondo, postre, un buen trago y hasta toques románticos.
¡Con ese pololo me caso, jaja!. Realmente es increíble tener una pareja así: hombres que te cocinen y se preocupen de cada detalle. Y además, como ya conoce tus mañas y gustos, podrá prepararte el mejor menú. Y es que la conquista a través del estómago, acompañada de un regaloneo loco, también funciona con nosotras. ¿Quién no se enamoraría de un bombón como ese?
Es genial tener un galán que se las dé de chef, ya que siempre te sorprende con ideas nuevas. Al menos a mí me fascinan los hombres que cocinan, porque soy algo perezosa con estos menesteres, jaja. ¡Y ojo, que no todos tienen este don! Un hombre con un impecable gusto culinario es ciertamente atractivo y encantador. Además, habla de una persona con corazón de oro, buen gusto y delicadeza. Al mismo tiempo, es alguien detallista, independiente y cero machista. No esperará que seas tú quien le prepare exquisiteces.
Para las mujeres que amamos la buena mesa, si encontramos uno de estos les recomiendo conservarlo. No les faltará comida ni buenas atenciones, jaja. Lo más entretenido es que se puede compartir más en pareja, ya que podemos inventar distintos menús con ellos, jugar con la comida y echar a volar nuestra imaginación en la cocina. El simple hecho de cocinar genera mayor confianza en la relación, lo que resulta muy favorable para afianzar el vínculo afectivo.
Ya saben: ¡no s´lo a los hombres se les conquista por el estómago!