Por lo general soy un tipo apacible. Pese a ello, confieso que tengo mis momentos parecidos a Furia - de Intensa-mente - donde la impulsividad me lleva a tirar “toda la carne a la parrilla” discutiendo. Estoy consciente de que eso no está bien y que es mejor calmar las cosas, para hablar con altura de miras y no hacer el tema más grande.
Pero estoy en proceso de aprendizaje y precisamente quiero comentarles a qué conclusiones he llegado al respecto. Cuando estoy en llamas de furia, hago cosas tontas, como pegar un portazo o vociferar cosas que pueden ser hirientes a los demás, sobre todo cuando me siento atacado.
Por el contrario, he comprobado que cuando salgo a dar una vuelta con mi perro, me fumo un cigarro y escucho música, me siento en una plaza o camino cuadras alrededor de mi casa cantando mis melodías favoritas a todo pulmón (sobre todo las más rockeras, jaja) vuelvo más relajado. Hablo con altura de miras y llegamos pronto a una solución. Pucha… estoy dejando de fumar. ¿Con qué reemplazo esa sensación de calmante que me da el pucho? No sé si últimamente me está comiendo la ansiedad, o estoy explotando luego de un 2015 que fue mayoritariamente malo y debí comerme muchas cosas. Debo reconocer que ando más "polvorita" que de costumbre.
Sé que es mejor calmarse y hablar las cosas después; pero hablarlas, no callarlas, porque cuando uno se las guarda tanto tiempo, la explosión puede ser nuclear y arrasar con todo a su paso. A veces uno prefiere guardarse las cosas, para no hacer todo más difícil, pero termina siendo peor. Es mejor ponerse colorado una vez, que amarillo varias veces.
Y ustedes, ¿qué opinan?