Si estás atravesando un periodo de “vacas flacas” e intentas abaratar costos a como dé lugar, quizás haya cruzado tu mente dejar de tomar la píldora. Tal vez prefieras experimentar con un método natural; hayas terminado recientemente una relación o tuvieras muy poco sexo en los últimos meses, por lo que no estimas necesario continuar con “el tratamiento”.
Pues bien, querida amiga: antes de tomar cualquier decisión precipitada, debes informarte sobre los efectos colaterales de interrumpir abruptamente la ingesta de anticonceptivos (descartando, obviamente, que estés llamando a la cigüeña). ¡Pero no te preocupes!, porque en Fucsia te orientamos:
Lo primero que debes saber es que dejar de tomar tus pastillas constituye todo un proceso; por ello, pretender que tu cuerpo se regule de manera inmediata resulta totalmente ilusorio. Hay un periodo durante el cual tus hormonas se reordenarán, lo que puede generarte más de alguna incomodidad. Por ejemplo, tu periodo puede retrasarse o adelantarse, tomándote absolutamente desprevenida. Y lo peor: vendrá acompañado por incómodos calambres.
La dismenorrea es sólo el comienzo, pues otros trastornos que conlleva suspender repentinamente tu tratamiento, dicen relación con el indeseable acné, alteraciones en el peso y las molestas migrañas. No obstante, esta vorágine de cambios no durará por siempre, pues llegará el momento en que tu organismo “se ajuste” y acomode al cambio.
Si a pesar de estos percances quieres dejar sí o sí de tomar la píldora, algunos tips de alimentación servirán para contrarrestar el desbarajuste en tu cuerpo. Por ejemplo, evitar consumir productos que contengan hormonas o bien, afecten los niveles de éstas en tu organismo. Por ello, las leches, carnes rojas, pollo, soya, cafeína y el alcohol quedarán absolutamente prohibidos. A cambio, puedes incorporar en tu dieta aceite de coco, nueces, rábanos, granos y vegetales de hoja verde, que te ayudarán a regularte.
Y ante todo, recuerda que antes de cualquier decisión que afecte tu salud reproductiva, siempre será recomendable una visita a tu ginecólogo de cabecera. Recuerda que tu bienestar y comodidad íntima no son algo que debas tomar a la ligera. De seguro en él encontrarás los mejores consejos para que la transición sea lo menos traumática posible y tu vida libre de píldoras también lo esté de problemas. ¡Suerte!