Estuve de cumpleaños hace poco y como nunca, me dio la sensación de que mi vida necesitaba un cambio. No uno radical de los que diga “ya! Lo dejo todo botado” ni tampoco convertirme en budista. Algo más simple, algo que de verdad me haga creer que cambié.
Pensando y pensando determiné que mi cambio va más por el estilo de vida que llevo: uno totalmente rutinario y sedentario. Voy de mi casa al trabajo y de vuelta, a lo más voy a la casa de mi pololo.
Así que ahora comencé hacer deporte, pero no porque quiero adelgazar para el verano, si no que porque de verdad el ejercicio me ayuda a relajarme, distraerme y hacer algo diferente de la rutina. Con mi mejor outfit deportivo, salí por Tobalaba a trotar… casi morí!
El problema es que mi estado físico es tan deplorable que ya llevo dos días con dolor en cada uno de mis músculos. Eso me pasa por pasar más de un año sin mover ni un pie.
Así que consejo: si deciden dejar de lado el sedentarismo OJO! Empiecen muy lentito porque después sufrirán las consecuencias… CRÉANME!