Por Javiera Oyarzún
Hay un asunto que puede desfigurar el rostro y hacer perder la cordura de cualquiera en un sólo click, o mejor dicho, en un abrir y cerrar de ojos. Llegar a una fiesta y divisar tu mismo vestido ¡en otro cuerpo!
Esto fue lo que les sucedió a Eva Gómez y Cecilia Bolocco, quienes en la reciente Teletón lucieron modelitos de distinta confección, pero de un color plata odiosamente idéntico.
¡Trágame tierra! No importa cuánto nos hayamos esmerado en elegir el vestido perfecto para la ocasión, ni qué famoso estilista nos haya peinado. Ver nuestro vestido en otra persona, simplemente lo arruina todo.
¿Pero, qué hacer si nos pasa esto? Aquí propongo algunas soluciones para salir del paso:
- Inventar un inminente resfrío que te obligue a dejarte el abrigo puesto toda la noche.
- Correr por unas tijeras y aventurarte en el mundo del diseño.
- Dar vuelta “accidentalmente” una copa de vino sobre las piernas, así tendrás la excusa para ir a casa y cambiarte de ropa.
- Simplemente tomar la situación con humor y dignidad, asumiendo que sólo un 2% de la población puede acceder a diseños 100% exclusivos.