El otro día me junté con una amiga a almorzar, pero no teníamos para nada claro dónde ir. Estábamos en Providencia y sólo sabíamos que queríamos algo calentito. ¡Quién no ha deseado comerse una sopa bien calientita y sabrosa en un frío día de invierno! Fue así como llegamos a un restaurant bien amigable en el pasaje Orrego Luco casi esquina Andrés Bello, “Le Flaubert” se llamaba y era francés. Algo habíamos escuchado de él y de su mágica sopa de cebolla. Así que sin pensarlo más, ordenamos el caldo. El resultado: delicioso.
Los ingredientes básicos según el sitio fueron, aparte de las cebollas, pan (bien frito en mantequilla clarificada), un caldo de gallina, queso rallado, un poco de vino blanco y un huevo. Este último es optativo, pero si lo quieres, debe ser a punto y encima de la preparación que se sirve muy caliente en unas pailas de cerámica. La sopa me encantó, se las recomiendo totalmente. No es tan cara y es especial para el otoño-invierno. Lo mejor de todo, es que "La Flaubert" la prepara como un caldo oscuro reposado con rodilla de ternera por muchas horas. Por lo que supe, ese es el secreto de su auténtico y riquísimo sabor. ¡ Anímense y vayan a probar!