Yo personalmente me declaro una hipócrita del fútbol. En esta época de Copa América, aunque he visto todos los partidos de Chile, mientras lo hago, pienso en otras cosas: qué apellido más extraño el de ese jugador, no se me puede olvidar esta noche pagar los gastos comunes o qué hambre tengo, ¿qué quiero comer?
Todo esto cambia cuando Chile se acerca a la cancha contraria y aparecen los primeros indicios de gol, ahí, grito como todos y termino cantando: vamos, vamos chilenos que esta noche tenemos que ganar. En ese instante me convierto en la experta del fútbol y empiezo a opinar si estaba o no fuera de lugar, si de verdad le hicieron falta al jugador o está fingiendo.
Mi sentimiento hacia el fútbol es el que tradicionalmente se le ha atribuido a las mujeres. Existen miles de artículos que aseguran que, mientras a nosotras nos encanta ir de shopping a ellos les fascina ver partidos de fútbol, pero ¿será esto cierto? Todo parece indicar que no.
Según un estudio realizado por Sport + Markt en 2009, las mujeres representan el 38% de los aficionados al fútbol de todo el mundo, cifra no menor si tenemos en cuenta que esto implica que de 800 millones, casi 300 son mujeres.
Así mismo, en los diversos torneos organizados por las FIFA se ha detectado que el número de aficionadas es casi igual al de aficionados. A mí personalmente me agrada que sea así, no creo mucho que las mujeres seamos de Marte y los hombres de Venus.