¿Se han dado cuenta que cuando un hombre está frente al computador o jugando con su teléfono, no te pesca?
Y es que parece que todos son iguales: tu papá, amigos, pololo, todos actúan de la misma forma, les hablas algo y simplemente parece que no te escucharan. Están tan concentrados en su mundo tecnológico que puede pasar un tren por su lado y nada, simplemente no reaccionan. Si logras tener una respuesta, esta es como cinco minutos después, cuando ya te fuiste a otro lado porque te aburriste de esperar. Además de eso, tienes que volver a repetirles lo que les habías dicho y ellos actúan como si nunca hubieran escuchado algo. Estas instancias no son las más aptas para comentarles algo importante, porque seguramente no te podrán mucha atención y lo más probable es que después te pregunten “¿Qué dijiste?” Me carga esa situación, sentirte como loca hablando sola, mientras ellos siguen concentrados frente a la pantalla. Lo mismo es cuando están con el celular, si no están jugando, revisan sus mail y redes sociales.
Parece que todo el mundo de la tecnología tiene algo que embruja a los hombres, se quedan pegados como si nada y pierden la conexión con el mundo real.
Y no digo que a mí no me guste la tecnología, pero como bien sabemos las mujeres podemos hacer más de una cosa a la vez. Y les aseguro que si hacemos el mismo ejercicio con una mujer, lo más probable es que sí responda a lo que otra persona pregunta y ponga atención mientras trabaja en el computador.
¿Y a ustedes les pasa esto?