¿Te ha pasado que llega un día, conoces a una persona y ésta te da vuelta el mundo en 180 grados? Si todo sale bien, te invita a salir. Es entonces cuando te emocionas, te produces, te maquillas, escoges ropa, te preguntas dónde irán, etc. ¡Personalmente, me encanta ese sentimiento! Le gustas, te gusta y todo fluye sin ningún problema. Pero acá es donde comienza mi dilema: ya no puedo sentir eso. No después de "él". Siempre me pasa igual: mientras mejor empiezo una relación, peor es el término.
Les cuento: el año pasado conocí a alguien que quise mucho, el "amor de mi vida"; sin embargo, el término de la relación fue un desastre proporcional a lo increíble de nuestro inicio. Y lo peor es que me perseguían los recuerdos de lo feliz que fui con él, sin dejar de torturarme. No podía sacarlo de mi corazón. Por lo mismo decidí conocer a alguien nuevo, bueno y sincero, que me quisiera. Y así fue: uno de mis amigos se interesó en mí y le dí una oportunidad. Nos hemos dado unos besos locos con copas encima, pero no logra convencerme. Es perfecto, lo sé. Lo conozco bien. Pero no me pasa nada, no me toca la fibra y aún no soy sincera con él respecto a mis sentimientos. No "es". Punto.
Insistí en mi propósito y lo intenté con un compañero de universidad, "chico perfecto". Salimos; fue una muy buena cita que se repitió tres veces más ¡Y nada, mi corazón seguía mudo e insensible! Aunque - al ver mi falta de interés - dejó de buscarme y yo, siguiendo mi lógica de mujer bipolar, reconozco haberlo invitado a salir un par de veces desde entonces, más que todo por vanidad. Pésima actitud, lo asumo.
Tengo una amiga que siempre dice: "el amor viene después". ¡Y puede ser! Quizás comienza con una linda amistad, empatía, confianza, ¡qué se yo!. Tal vez los "fuegos artificiales" que tanto busco experimentar son sólo eso, una explosión y luego el silencio para dar paso a la realidad. Así sucede en Año Nuevo: comienza con pirotecnia, fiesta, bombos y platillos, pero luego el 2 de enero es sólo un día más.
Bueno, sé que aún soy muy joven para resignarme a olvidar la pirotecnia. Seguiré buscando a alguien que me mueva el piso, que me haga sentir viva y plena otra vez. ¡Qué miedo nunca más sentirme así! Quizas deba seguir saliendo, conociendo chicos, insistiendo... Total, puede que mi amiga tenga razón y cómo siempre dice: "el amor vendrá después".
¿Ustedes qué creen?