¿Reuniones, pago de cuentas, envíos programados, salidas con amigas, todo en perfecto orden en tu agenda?. Enero ya llega a su fin y estoy segura que muchas de las cosas que disfrutas no necesitan tanta planeación o un elaborado diseño. Te propongo un año sin agenda.
Además de que son hermosas, una agenda siempre es necesaria. Es ahí donde no sólo anotamos los fonos o las fechas de pagos; sino también el lugar donde vemos la distribución de nuestro año. Por muchas navidades recibí agenda y apenas podía llenaba los días de vacaciones, la compra de pasajes, los periodos contables, las llamadas a los clientes e incluso los momentos de diversión. Sin duda funcionó, todo se fue cumpliendo: tenía una vida ocupada y una agenda llena. Pero este año no recibí agenda, y luego de pensarlo, decidí que era una señal.
Mi año anterior fue complejo, viví de dulces y agraces —supongo que así es siempre, pero sólo recordamos una parte—, y ningún tipo de planificación fue suficiente para que las cosas salieran mejor. Todo mi mundo giró miles de veces, descolocándome, dejando cosas de lado, priorizando otras que jamás fueron importantes hasta esos momentos. Aunque fue complejo, aquí estoy; sigo viva y quizás, un poco más libre. Pensar que si no es uno quien realiza la tarea es prácticamente acabo de mundo, ya no es uno de mis pensamientos. Aprendí que a mi agenda le faltaba la improvisación, le sobraba estructura y carecía completamente de tiempo para mí y mi salud mental.
Hoy, antes de anotar lo que sea, me planteo las siguientes preguntas: ¿es realmente importante?; ¿es algo que disfruto? y ¿en verdad quiero hacerlo? Más allá de las fechas, ¡el tiempo pasa tan rápido!, la gente vive atareada, todos corren sin mirar al del lado. Es un caos que intenta consumirnos, arrastrarnos y no nos damos cuenta hasta que estamos colapsadas y con un tremendo nudo en la garganta. Yo ahora decido dejar la agenda de lado y que sea la vida la que me dé orden, no como algo astral —aunque si quieres, está bien—, sino como quien aprovecha el hoy con sus variantes para el mañana.
Las cosas brillantes siempre salen de repente. Permite que la vida te dé sorpresas, no le cierres la puerta a una aventura porque tu “agenda” dice otra cosa. ¿Preparada entonces para un año sin agenda?