Mi mamá quedó embarazada cuando tenía 17 años, y en diciembre del año '92 nací yo. Según mis papás, me pusieron Victoria porque lo fui, debido a las circunstancias que los rodearon. Gracias a eso, mi mamá cuando apenas era una niña, tuvo que salir a trabajar. Y así ha sido hasta ahora, que tengo 23.
Mi abuela materna me crió como su hija, por eso, cuando falleció, mi madre era una completa extraña para mi. Empezar a construir una relación es difícil cuando eres grande, pero aún así, lo logramos. Ya que tenemos poca diferencia de edad, compartimos juntas un millón de cosas, y es mi confidente, pero siempre dejando en claro que es mi mamá y no mi amiga. El problema, es que somos muy parecidas, así que peleamos mucho. Tenemos una mala relación.
Hay cosas que no entiendo de mi mamá, como por ejemplo, el cómo se puede ser tan joven y anticuada al mismo tiempo. Con ella siento que estoy en el siglo pasado, lo que provoca muchas peleas. A veces ella no entiende que ya soy mayor para tomar mis propias decisiones; siempre quiere influir. Al final, me amarga y yo a ella, puesto que no podemos llegar a un acuerdo.
Sin embargo y pese a todo lo que me disgusta, no hay persona en la tierra a quien pueda amar más. No la cambiaría por nada del mundo (sí algunas de sus actitudes, pero a ella jamás). Sinceramente espero que algún día - quizás cuando yo sea madre - nos empecemos a llevar mejor; aunque por ahora soy feliz siendo tía. Por lo mismo, podríamos esperar la mejora para un futuro lejano. O cercano, ¿quien sabe?. Como sea, no quiero perderla.
¿Qué opinan, queridas lectoras que ya son madres? ¿Están de acuerdo conmigo las hijas? ¡Las leo!